sábado, 27 de junio de 2020

Ética 10º, semana 6

 
SEMANA DE APLICACIÓN : 







COLEGIO  






CALENDARIO 
AÑO LECTIVO  
2020 
GRADO  
10 
PERIODO 
PRIMERO 
DOCENTE  



ESTANDAR  


Al finalizar el año lectivo  el estudiante debe presentar un   proyecto ético que haga conscientes a todos los miembros de la  comunidad educativa  de la necesidad de adquirir  unos criterios, unas normas, unas actitudes que favorezcan la convivencia y permitan el desarrollo de unos propósitos comunes y otros individuales en pro de preservar la vida humana y la conservación del medio ambiente  

COMPONENTE  


La persona  

INDICADOR DE DESEMPEÑO  


Reconoce con facilidad la importancia de la ética y de los actos humanos en la cotidianidad, buscando siempre su crecimiento como  persona de bien en la sociedad que se encuentra.  

METODOLOGÍA/ SECUENCIA DIDÁCTICA  

  1. Unidad didáctica 
Responsabilidad ciudadana  
  1. Propósito 
Pertenecemos a una cultura y en un entorno social que nos debemos comprometer a cuidar 
  1. Desarrollo cognitivo instruccional  

La cultura ciudadana se refiere a diversos aspectos de la relación del individuo con la ciudad como su hábitat. Comportamiento en las calles, movilidad, respeto por el otro, convivencia en la diferencia y participación son algunos de esos elementos que deben tenerse en cuenta a la hora de hablar de cultura ciudadana. 
La responsabilidad no solo es de las entidades oficiales que buscan alternativas que permiten llevar mensajes pertinentes sobre cultura ciudadana. Los mismos habitantes de la ciudad, son quienes deberían pensarlo, discutirlo y emprender la búsqueda de herramientas y acciones propias que aporten también a la construcción de esa cultura ciudadana. 
Convivencia, confianza tolerancia, solidaridad, identidad colectiva, sentido de pertenencia, seguridad, espacio público, tránsito y movilidad y control social son aspectos a evaluar en una cultura ciudadana. La ciudad que falla en la disposición para los acuerdos, el auto-control a la hora de conducir e ingerir bebidas alcohólicas y la tolerancia a la corrupción. 
  1. Desarrollo Metodológico 
El camino es sin lugar a dudas EL EDUCAR EN Y PARA LA CULTURA CIUDADANA; es un cultivo de valores cívicos que lleve al niño, al joven, al adulto, al anciano, al visitante, en fin a todos, a amar la ciudad, a tener sentido de pertenencia, a irradiar mentalidad comunitaria (olvidando sus propios intereses), a sentir dolor por los atropellos y abusos, a buscar desarrollo no entendido sólo en lo material sino ante todo en lo personal. Es necesario educar a la persona, porque la calidad de una ciudad depende primordialmente de la calidad de las personas que residan en ella y de su habilidad para desarrollar y atraer talento, o sea, del atractivo que represente vivir en ella. En la ciudad las personas son la principal riqueza, se hace necesario crear estrategias para acercar al ciudadano a temas claves como el civismo, la cultura y la participación ciudadana, contribuyendo a mejorar notablemente el lugar en el que vive. Este proceso pedagógico comienza en el hogar, cada integrante de la familia tiene que tener conciencia ciudadana y si no la tiene, infundir desde temprana edad que hacemos parte de una ciudad que hay que amar, cuidar y respetar como a la propia casa, como a la misma familia. 

En el ámbito escolar (preescolar, primaria, bachillerato y universitario). Cada estudiante tiene que cultivar la cultura ciudadana orientada por sus docentes. Desde el nivel inferior hasta el superior debe recibir una asignatura teóricapráctica que se llamase "cultura ciudadana". El ambiente de la escuela, del colegio y de la universidad tiene que reflejar urbanismo, espíritu cívico, conciencia ciudadana, comportamientos de convivencia y participación. Este ambiente impactará social y culturalmente. 
Cada trabajador en su ambiente laboral aportará en la construcción de una mejor ciudad cuando se entrega con servicio y considera su tarea por insignificante que parezca una gran obra en el bienestar de la ciudadanía; cuando lucha con tolerancia por ser mejor compañero y hace de su lugar de trabajo una pequeña ciudad. 
De igual modo los líderes comunales y los gobernantes se esforzarán por doblegar sus intereses particulares a los intereses de la ciudad, por poner más iniciativa para el bien, dejando atrás la corrupción y la politiquería, males que han degenerado nuestra ciudad en un pueblo grande con problemas inmanejables, con grandes necesidades sin dolientes y sin soluciones a largo plazo y duraderas. Debemos hacer de la ciudad un escenario de educación y formación colectiva. Preguntémonos, ¿qué puedo hacer por la ciudad? 
Los medios de comunicación social adelantarán campañas para el rescate de los valores fundamentales, desarrollo de actitudes de convivencia ciudadana, respeto a los demás y a lo público. La prensa, la radio, la televisión y el internet deben llevarnos a una apropiación colectiva de la ciudad; en otros términos, que cada ciudadano crea y sienta a la ciudad como suya. 

Para simplificar podríamos decir que tiene que haber un esfuerzo grande de la familia, la escuela, la educación y el Estado para modificar la cultura que tenemos. Para ello es indispensable fortalecer la educación. No podemos resignarnos con la tonta teoría de algunos conformistas que dicen "es que nosotros somos así y nadie nos va a cambiar"; no, pensemos y construyamos una mejor ciudad en la que cada uno se sienta responsable y actor participativo en este cambio. Somos así, pero podemos ser mejores; será el lema para conquistar lo que hoy se presenta como un sueño: la ciudad que queremos, la ciudad que nos merecemos, la ciudad que necesitamos. 

El caos total en las ciudades como en lo social, urbanístico, político, ambiental, económico y cultural, que requiere del esfuerzo, del aporte y de la participación de todos sus ciudadanos, instituciones gubernamentales, no gubernamentales, educativas, militares, religiosas y económicas; para que por medio de un proceso formativo construyamos una cultura ciudadana. 
Construyamos un mejor futuro para las próximas generaciones, dejemos huellas en la historia y dejemos de ser simples espectadores de nuestra ciudad. Pongamos todo nuestro empeño, dejemos atrás nuestros errores, nuestra complicidad social o nuestra culpabilidad ciudadana.